Por: Eduardo Semadeni Guerrero
De acuerdo con el marco conceptual de las NIF (Normas de información financiera), el objetivo de la información financiera en esencia es el control, valuación, procesamiento y evaluación de las operaciones de una empresa para asegurar la continuidad de esta como un negocio en marcha.
En otras palabras, la información financiera ayuda a tener una visión del negocio tanto en el corto como en el largo plazo para medir la solvencia, estabilidad y rentabilidad de la empresa y así reducir el nivel de riesgo.
Aunque los postulados básicos de la NIF dan a entender que la presentación de la información financiera es para priorizar lo económico sobre lo legal, en México, la información financiera se le relaciona principalmente con el pago de impuestos. Pero en realidad, el gobierno, en lo que a la Hacienda Pública se refiere, es sólo un usuario más de la información financiera que consulta para sus propios intereses. El pago de impuestos. Un asunto legal.
Los profesionales de la contaduría y disciplinas relacionadas, así como empresarios, administradores, concluyen lo mismo, que la información financiera es para el ámbito fiscal. Y eso es un error. En realidad, hay más usuarios que requieren o necesitan los estados financieros de una empresa.
Por ejemplo, otro de esos usuarios son los bancos comerciales o banca múltiple. Cuando una empresa solicita un préstamo, lo primero que el intermediario financiero le requiere son sus estados financieros auditados. ¿Qué interés tendría el banco en conocer estos? Uno muy evidente. Saber si la empresa tiene la capacidad financiera de poder generar el flujo de efectivo suficiente para mantener la empresa en marcha y poder pagar el préstamo en el plazo acordado. Incluso, un comité de crédito de la institución financiera no solo analizará, sino que interpretará los estados financieros para poder tomar una decisión. ¿Acaso este comité se centrará en el pago de impuestos? Es posible que le soliciten a la empresa sus declaraciones de impuestos, pero el punto importante para ellos es el flujo de efectivo (utilidad operativa).
Reflexionando en esto, ¿quién debería estar más interesado en la solvencia, estabilidad y rentabilidad de la empresa? ¿El gobierno, los intermediarios financieros, el inversionista bursátil, la competencia? Si el gobierno consulta los estados financieros y lo mismo lo hace un banco comercial, ¿no debería el administrador o el empresario tener mayor interés en consultar e interpretar los estados financieros?
Como sea, la evidencia muestra que los responsables de tomar las decisiones en la mediana y pequeña empresa y en algunos casos, en las grandes empresas, visualizan así la información financiera, como solo para temas fiscales.
Analicemos dos aspectos: 1) uno fiscal y 2) otro económico.
Aspecto fiscal.
Además de que en México la forma de declarar es muy compleja debido a las múltiples misceláneas fiscales como resultado de la falta de una reforma fiscal, no solo no se recauda lo suficiente (México es uno de los países que está por debajo de varios países como Colombia y Chile en recaudación, muy por debajo del promedio de los países de la OCDE que es del 33.84% del PIB vs. 16.47% del PIB de México), sino que las estrategias fiscales para disminuir el pago de impuestos no genera valor, incrementa el rendimiento (ROE, ROA, GAF 1).
1 𝐺𝐴𝐹 𝐺𝐴𝐹 𝐺𝐴𝐹 =[𝑈𝐴𝐼𝐼∗(1−𝑇𝑎𝑠𝑎 𝐼𝑆𝑅)𝐶𝐶⁄]; 𝑅𝑂𝐴=(𝑈𝐷𝐼𝐼𝐴𝑇⁄); 𝑅𝑂𝐸=(𝑈𝐷𝐼𝐼𝐶𝐶⁄)
Aspecto económico.
El 42.2% de las empresas que operan en México son medianas y pequeñas. De hecho, contribuyen de forma importante en la generación de empleo y del Producto interno bruto. Pero, ¿cuánto duran estas empresas? En promedio es de unos 7.5 años. ¿Cuál es la razón? Una de las principales causas es que les es complicado acceder a capital. Muchas no solicitan financiamiento porque este es caro o simplemente no son sujetos de crédito.
¿Cuál es la razón por la que les es difícil acceder a crédito? Muchos intermediarios financieros elevan las tasas de interés a estas empresas porque las consideran de alto riesgo, ya que no generan suficiente flujo de efectivo. En tanto, a una empresa grande le otorgan crédito al 7% anual, las PYME les otorgan en promedio la tasa del 11.8% anual. Y en otros casos, no se les considera sujetos de crédito y no se les otorga. El índice de morosidad de empresas grandes es el 1.6%, mientras que las PYME tiene una morosidad 5.3%.
¿Por qué se dan estas condiciones en las PYME? Porque las decisiones de inversión en el corto y largo plazo, así como las decisiones de financiamiento, no son correctas. Una empresa puede estar produciendo un bien o servicio de calidad y generar ingresos.
Pero la clave es la eficacia y eficiencia en el uso o aplicación de los recursos económicos, que es un recurso escaso. Por ello, se debe tener estrategias y políticas financieras de inversión y financiamiento adecuadas para cada empresa o entidad económica y esto solo se logra analizando y estudiando los estados financieros actuales e históricos.
Por supuesto, cuando hablamos de empresas corporativas, en general, estas tienen condiciones financieras favorables, especialmente aquellas que cotizan en las bolsas de valores. Empresas que tienen el requerimiento de publicar trimestralmente sus estados financieros.
Estados financieros son detalladamente analizados por inversionistas bursátiles que aplican métodos y estudios de diagnóstico financiero con base en estos. El resultado es que estas empresas consiguen financiamiento aplicando estrategias de inversión y financiamiento acertadas que les permite generar el flujo de efectivo que necesitan para cubrir sus costos operativos y no operativos y generar un margen de utilidades rentable (Estudio como el costo de capital apalancado 2).
2 𝑟𝐴=([(𝑈𝐴𝐼𝐼 𝑝𝑟𝑜𝑦𝑒𝑐−𝐶𝐹)∗(1−𝑇𝑎𝑠𝑎 𝐼𝑆𝑅)]𝐶𝐶⁄)
Conclusiones.
Nosotros estamos convencidos de que lo que provoca la mala condición financiera de las empresas en México se debe a que no se hace uso pleno de la información financiera. Esto puede ser el resultado de limitar el uso de los estados financieros al ámbito fiscal, es decir, solo para el pago de impuestos. Y otro factor es que hay desconocimiento de los métodos, procedimientos y estudios que deben hacerse con base en la información financiera a fin de determinar la solvencia, estabilidad y rentabilidad de una empresa.
Por eso, muchas empresas se mantienen en marcha por un tiempo, pero cuando se experimenta una crisis en el sector donde se desenvuelve la empresa o en la economía en general, estas condiciones suelen sacar a la luz las debilidades financieras lo que resulta en que tienen que cerrar.
Por lo tanto, esto hace ver lo necesario que las empresas, ya sea los administradores, los empresarios, los emprendedores, los contadores, amplíen sus conocimientos y habilidades aprendiendo a cómo deben analizarse e interpretarse los estados financieros y más cuando se enfrentan a escenarios inciertos y con alto nivel de riesgo.
La empresa pagará impuestos mientras esta sea un negocio.